lunes, 21 de mayo de 2018

1.- Salar de Uyuni (Bolivia)


El desierto de sal más grande del mundo, con sus 10.582 km2,puede hacerte sentir que estás en otro planeta o en un paisaje surrealista. Se calcula que contiene más de 10.000 millones de toneladas de sal.


Está situado a unos 3650 msnm en el suroeste de Bolivia, en la provincia de Daniel Campos, en el departamento de Potosí, dentro de la región altiplánica de la cordillera de los Andes



2.- venecia (Italia)


La ciudad está construida sobre un archipiélago de 118 pequeñas islas unidas entre sí por 455 puentes, si incluimos las islas de Murano y Burano. Se llega a Venecia desde tierra firme por el Puente de la Libertad, que desde la vecina ciudad de Mestre accede al Piazzale Roma.








En el interior de la ciudad no hay tráfico rodado, siendo, a excepción de la navegación por los canales que separan a las islas, una ciudad totalmente peatonal. 

3.-Lago Moraine y el Valle de los Diez Picos (Canadá)


El lago Moraine con sus aguas de azul intense está situado en las Montañas Rocosas de Canadá, en el Parque Nacional de Banff en la región de Alberta. 

Este lugar increíble está rodeado por no menos de 10 montañas de más de 3.000 metros de altura que forman el Valle de los Diez Picos. Y esta es solo una de las maravillas naturales que tiene este país.

4.- Taj Mahal (India)

Una de sus siete maravillas. Y se contempla de otra manera al saber que es el homenaje del emperador Sha Jahan a su amada, Mumtaz Mahal, fallecida trágicamente en su 13º parto; un lugar en el que reposan ambos juntos para siempre.


5.-Torre Eiffel, París (Francia)


Esta estructura de hierro, cuya construcción se inició el 26 de enero de 1887, se ha convertido no sólo en el emblema de París, sino en el auténtico símbolo de Francia. 

Durante más de 40 años, la Torre Eiffel ostentó el privilegio de ser el edificio más alto del mundo, pero todavía hoy las vistas sobre la ciudad desde sus plantas superiores continúan siendo espectaculares.


6.- La puerta al Infierno de Darvaza (Turkmenistán)

La “Puerta al Infierno” es el nombre perfecto para el cráter ardiente de Darvaza. Esta maravilla de la naturaleza no ocurrió de forma completamente natural: durante unas prospecciones en busca de gas de geólogos soviéticos en la década de 1970 el suelo se hundió dejando un agujero de 60 metros de diámetro y 20 de profundidad. Para no dejar que los gases venenosos se evaporaran los científicos tuvieron la brillante idea de prender fuego a esta cueva llena de gas, convencidos de que el incendio se apagaría en cuestión de días.


40 años más tarde el cráter sigue ardiendo, como una verdadera puerta al Averno. ¡La naturaleza no se puede domar!

7.- El gran agujero azul (Belice)


Completamente natural pero no menos espectacular es el Gran Agujero Azul que está frente a la costa de Belice y tiene un diámetro de 300 metros y una profundidad de 125 metros. Los amantes del buceo son unos enamorados de este lugar increíble de aguas azul intense.




 8.- La Calzada del Gigante (Irlanda del Norte)

La Cascada del Gigante está formada por unas 40.000 columnas de basalto que tienen 60 millones de años de antigüedad y que dan forma a un lugar espectacular de la costa de Irlanda del Norte.


 Esta maravilla de la Naturaleza se formó por el enfriamiento relativamente rápido de la lava en un cráter o caldera volcánica y hoy es Patrimonio de la Humanidad. 


9.- Cataratas de Iguazú (Brasil y Argentina)


Las enormes cataratas de Iguazú –que incluso forman parte de algunas leyendas locales- están en la frontera entre Brasil y Argentina y son un espectáculo de la naturaleza que te dejará con la boca abierta. 

Ante la fuerza del agua y la belleza del entorno, ¿quién podría dudar de la magia que la Tierra puede crear?

10.- Cuevas de Waitomo (Nueva Zelanda)

Bajo las verdes colinas de Waitomo, yace un laberinto de cuevas, simas y ríos subterráneos. El nombre de la zona proviene de las palabras maoríes "wai" (agua) y "tomo" (hoyo). 


Las cuevas se originaron por la presión que ejercieron las corrientes subterráneas sobre la piedra caliza blanda durante miles de años. En muchas de ellas, desde el cielo y el suelo, se asoman impresionantes estalactitas y estalagmitas, puntiagudos conos de rocas estratificadas, formadas por el goteo del agua durante siglos. Las paredes de estas cuevas están decoradas con una galaxia de luciérnagas nativas.